viernes, 27 de febrero de 2015

"Glee": La despedida que nadie esperó



"The Show must...be over the place...or something"
(Finn Hudson)

 He regresado en gloria y majestad desde mis merecidas vacaciones. Sí, lo sé. No les he escrito nada desde hace tres semanas, pero eso no significa que no les traiga novedades y bocadillos para que comentemos en este espacio loco y audaz.

Para nadie es una sorpresa que desde la desaparición del personaje de Cory Montheit, el Quarteback Finn Hudson, la serie del coro Loser ha decaído llegando a números que distan de lo que fue en sus primeras temporadas, decepcionando incluso al público fiel al show, que han visto como capítulo tras capítulo la serie se volvió aburrida, lenta y tonta, perdiendo esa chispa que la hacía tan especial. 

 
La producción terminó de grabar hace algunas semanas y adelantó que los últimos capítulos serán de infarto. Ryan Murphy aseguró que logró darle a la serie el final que siempre quiso (obviando el hecho que siempre soñó un cierre con Finnchel…la pareja símbolo de la serie). 

Debo decir que los primeros episodios de la temporada los encontré una lata. Vimos una Rachel que vuelve con el rabo entre las piernas desde Nueva York, y tras ella muchos de sus amigos: Kurt, Blaine y Sam. (Un drama que en verdad no me aportó mucho, pero de alguna forma había que traerla de vuelta  de la idílica y soñada Nueva York). 

Como ha sido costrumbre en este drama, la temporada se inició con todos los personajes pelados: Kurt termina su compromiso con Blaine (un spoiler, lo siento, pero estamos en un análisis de esto), Rachel perdiendo su casa, y el Club Glee totalmente erradicado de McKingley. 

Se preguntarán que ocurrió con Mr. Shue. El muy traidor se fue a Vocal Adrenaline (Bueno tengo claro que con algo tenía que alimentar a su familia) y por su lado Blaine se va a entrenar a los Wramblers. 

 Murphy eligió realizar una especie de paralelo, donde Kurt y Rachel a través del ejemplo de Will, comienzan a rehacer el Club Glee, pero esta vez de forma definitiva. Con nuevos personajes, dramas nuevos, y las apariciones de los antiguos estudiantes del coro que parecen no querer dejar atrás sus días de colegio, rinden apoyo a sus camaradas, constantemente perseguidos por la horrorosa Sue Sylverter, para quien esta temporada tampoco será sencilla.

 
Hasta el capítulo tres pensé que esto no tendría remedio. Una crónica de una muerte anunciada; los años de gloria se habían acabado para Glee y sería el primer gran fracaso para Ryan Murphy (encargado del exitazo de American Horror Story y todas sus temporadas). Pero mágicamente la serie volvió a su cause original. Todo volvía a ser como antes. Sentí que retrocedía a las primeras temporadas, donde realmente quería saber que pasaría con mis Nerds favoritos, si realmente ganarían las seccionales, las nacionales y serían respetados por todos en el colegio.

Se acerca abril y con ello el adiós definitivo. Creo que hasta el minuto (a mi gusto por lo menos) están logrando impregnarle aquello que me enganchó. Si habrán cosas que choqueen y otras que no. No quiero adelantar más, pero si vieron Glee al menos hasta que Rachel tomó su maleta y se fue a Nueva York, creo que es interesante que vuelvan para la despedida de esta serie que nos hizo reír y llorar algunas veces. Igual todos tenemos nuestro perdedor interno. 


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