lunes, 26 de enero de 2015

The Best of Me: Nunca es tarde para el amor

Año: 2014
Transcurre en: Estados Unidos
Género: Drama, Romance.
Director: Michel Hoffman
Guión: J. Mills Goodloe y Will Fetters
Libro: Nicholas Parks 
Actores: James Marsden, Michelle Monaghan...










Tras años de separación, Dawson y Amanda, se reencuentran en su pueblo natal tras una llamada del abogado de su protector.  Recordando su pasado ambos buscan respuestas de cómo seguir sus vidas y a su vez resolver los dramas que los separaron en el pasado. 
 Nicholas Parks esta devuelta. Para los que no están muy familiarizados con este escritor “gringo” es el responsable de todas aquellas películas de viernes por la noche acompañadas por litros de helado y cajas infinitas de pañuelos doble hoja. No mintamos, Diario de una pasión, La última canción, Querido John, Mensaje en una botella, entre otras llevaron a las nubes nuestros sueños de encontrar una historia de amor para nosotros.



En esta oportunidad Parks, con su combinación de drama a la vena y lindas escenas iluminadas por la luz de los pantanos de Estados Unidos, nos traer una historia de amor similar a Persuasión de Jane Austen, donde el tiempo parece ser el peor enemigo de los enamorados. 



Dawson es el típico chico bueno encerrado en una vida familiar vulnerable, donde su padre y sus hermanos dedican su vida al tráfico de distintas cosas, violencia y alcohol. En uno de los arrebatos de su padre, el muchacho deja su casa para ir a refugiarse en la casa de Tuck, un anciano viudo con un hermoso jardín.


El hombre decide hacerse cargo de este chico y apoyarlo en los distintos aspectos de su vida, donde uno de los más importantes es Amanda, compañera de colegio y novia de Dawson.



Como un clásico de este tipo de filmes nos encontramos con un guión simple (con situaciones inexplicables y poco creíbles), acompañado de cuadros bastante cuidados con respecto a los colores.


 Siempre me ha llamado la atención la fotografía en las adaptaciones de los libros de Nicholas, donde creo que cuentan con un paisajista de primera y un director de fotografía muy experimentado. La iluminación casi divina hace sentir a los espectadores que los personajes en la trama son casi divinos y el amor pasa a transformarse en casi un idilio imposible para los mortales que lloramos con este tipo de películas.



No podré a The Best of Me en el rincón del olvido al que creo que he tirado en infinitas ocasiones a la basura de Querido John, donde en verdad les perdí el respeto a Amanda Seyfried (Les Miserables, Mamma Mía!) y Channing Tatum (Magic Mike, Foxcatcher) (aunque honestamente aún no encuentro algo espectacularmente destacable en las carreras de ambos), donde la verdad más que enternecerme, me hastío (como cuando comes mucha leche condensada con limón, pero esto sin la parte placentera).

En el mismo saco coloco La última canción, donde vimos a Miley ser ella por última vez antes de la locura y tuvimos el agrado de conocer a Liam Hemsworth (Los Juegos del Hambre), el guapísimo hermano de Thor. 



Pero esta cinta creo que la pondré en el grupo de las buenas cintas de Sparks, que si bien no merecen ser de culto, al menos logran llegarnos al corazón y pasar a la sección guardar en nuestras computadoras.



Todo calza, funciona, excepto un pequeño detalle: EL CAST ESTA PÉSIMAMENTE LOGRADO, ya que los personajes en la juventud NO SE PARECEN EN NADA A LOS AUTORES MAYORES.

Una de la razones que intuyo a este error garrafal, porque es algo que molesta cuando estas viendo la película, es querer potenciar nuevos talentos, pero que buena película habría sido con ese detalle bien logrado.




Bueno, no voy a ser una vieja criticona, les permito verla….igual me entretuvo la hora y media que dura. Un buen Blockbuster de viernes por la tarde. 

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